12 de junio de 2009
El exquisito dolor de querer a alguien inalcanzable.
¿Entonces? ¿Somos adictos al dolor? ¿Cuántas veces pasamos por rupturas y regresos cayendo en un círculo vicioso que nos lastima tanto? Sabemos que la relación ya no debe continuar, pero insistimos, nos encontramos débiles y con una falta total de voluntad, encadenados a un sentimiento o ilusión. Encontramos que es exquisito el dolor de querer a alguien inalcanzable, nos volvemos adictos a una persona, a la costumbre de tenerla o ¿es verdadero amor? Para mi, encuentro que es la costumbre y la soledad las que me tenían atada a una situación confusa y caótica. Después de tantas batallas, de tantas palabras, de tantos sentimientos derrochados se llega el punto en el que ya estamos cansados de luchar por algo que realmente sabemos que no tiene sentido y llegamos a la decisión final de terminar por completo con esa tortura excesivamente prolongada y estando aquí siento flaquear mis fuerzas, extrañándolo todo, hasta lo malo. Se que él también me extraña, pero esta vez su total silencio me enfría las venas, esta vez él me deja en libertad, pero no hay nada exquisito en ello.
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